Nueva Zelanda (Whangeteau) – Empiezo a construir el gallinero

by | 10 May 2016 | 3 comments

10 mayo 2016

145 días viajando…
11 días en Whangateau…

Alguien se ducha con música a las 7 de la mañana y el cuarto de baño está pegado a mi cuarto… buen despertador.

He soñado con los listones que compramos ayer, que son de 6 m. En mi sueño tenía la preocupación de que la sierra eléctrica, al cortar, se come como 1 mm de madera, y que si hacía varios cortes, me estaba comiendo varios milímetros, y que, entonces, no salían las medidas perfectas. Pero, en mi sueño, al medir los listones, veía que medían 6 metros y 1 centímetro, y pensaba… qué listos, ponen 1 cm de margen para estos casos.

Y cuando me he levantado, lo primero que he hecho ha sido medir los listones.

Ostras…

Es muy curioso lo de los sueños. Cuando estuve en el retiro de meditación Vipassana, me despertaba siempre recordando muy claramente mis sueños. La segunda noche soñé que yo era el actor Quim Gutiérrez (El de “Anacleto, Agente Secreto” y “Vale“) y que yo (o sea, Quim) era el hijo de José Sazatornil. Cuando salí del retiro, lo primero que hice fue ver quien era el padre de Quim Gutiérrez… y no. Pero la verdad es que se dan un aire, y por eso en mi sueño lo pensé. Curioso a lo que se dedica mi subconsciente… a buscar parecidos.

En fin… Hago mis saludos al sol. Algunos amigos que siguen mi blog, me dicen que están haciéndolos y que les sienta de maravilla. Me siento un difusor de buenas prácticas. 🙂

Después me vuelvo a preparar mi desayuno de campeones. Me estoy aficionando a estos superdesayunos, para variar de las tortillas.

Por fin ha dejado de llover y estar nublado. Hoy hace un día estupendo.

Así que aprovecho para hacer mi colada.

A mediodía tengo que llevar a Nat al médico en Auckland y aprovecharemos para comprar en la ferretería unas cosas que necesito para el gallinero. Pero mientras, aprovecho la mañana cortando los listones. Como no tengo una sierra de mesa (que es lo ideal en estos casos) para asegurarme que hago los cortes en perfecto ángulo recto (importantísimo), me monto mi propio sistema.

Y al rato ya tengo los primeros listones… listos. Jajaja…

Justo antes de irnos, Nat calienta un poco de la sopa de tomate de ayer, y yo descongelo las dos últimas rebanadas de pan de semillas que quedan, y nos apañamos un almuerzo rápido.

Por cierto, como varios followers me han pedido la receta del pan de semillas, le he pedido permiso a Nat para publicarla y me lo ha dado, así que aquí va el original…

..y la traducción hecha por Mer.

Después del almuerzo, salimos pitando (es un decir) para Auckland. 

Dejo a Nat en el médico…

…y yo me voy a dar una vuelta por Ponsonby. Y, ya de paso, pillarme un café y algo de comer. Sigo con mis ataques de hambre.

Después me compro chocolate y unos frutos secos para el desayuno (que no quiero acabar con las existencias de Nat, pero siento que me vienen muy bien en el desayuno). Cuando ya ha pasado una hora, vuelvo a recoger a Nat…

…y paramos a la salida de Auckland, en una mega ferretería, donde compro tornillos de 12,5 cms y unas tiras de metal para fijar las esquinas.

Una vez en casa, no puedo evitar la tentación de empezar con el trabajo. Para ello, mi biblia es este diseño que hice ayer. Lo más importante es ser muy exacto con las medidas y conseguir que los ángulos rectos sean perfectos.

Usé hasta mis recuerdos de trigonometría para hacer un tejado de 30º exactos!

Para conseguir los ángulos rectos, me fío de las esquinas de los contrachapados.

Y aquí se ve para qué quería los tornillos de 12’5 cms (la madera tiene 7 cms de ancho), y las tiras de metal. 

De esta manera consigo fijar los ángulos y que la estructura quede muy estable. Ya tengo una de las paredes laterales del gallinero.

La verdad es que avanzo muy rápido y me lo paso genial, porque lo hago a mi bola, sin que nadie me guíe, que es la mejor manera de aprender.

Mañana más. 

Ha venido Carol a echar una mano a Nat y entre las dos preparan la cena (y yo me dejo mimar). Terminamos con la sopa de tomate, acompañado de unos boniatos al horno, unos panes redondos y una ensalada de col y lombarda.

Siento que me ha vuelto la energía. Vuelvo a estar alegre y con ganas. Ya pasó el bachecillo. Tengo tanto que agradecer por poder estar haciendo este viaje. Ya sabía cuando empecé que habría momentos duros, pero es parte de la experiencia y el aprendizaje que conlleva un viaje así. Por eso no puedo estar más que agradecido por todo lo que recibo en todo momento.

Hoy me preguntaba Kupe en la cena que cuál era mi próximo HelpeX. Le dije que en Cook Islands, suponiendo que me dejen quedarme con ellos las 3 semanas que me quedan en Nueva Zelanda. Y la respuesta fue automática y unánime de todos. Que están encantados con tenerme ahí con ellos y que puedo estar el tiempo que quiera. Algo así no tiene precio y no puedo parar de agradecerlo. Recibo alojamiento, muy buena comida, un trato increíble, todo tipo de facilidades… a cambio de hacer un trabajo que me encanta. 

No me puedo quejar, ¿verdad?

3 Comments

  1. pblog

    Tienes muchos motivos para estar agradecido ;). Yo te agradezco este blog, que me recuerda que yo también los tengo.
    Un beso enorme Pablo, y gracias.
    Carmen

    Reply
  2. Javier Rodríguez

    Hey…gracias por la receta!
    Ahora solo falta ponerla en práctica!

    A seguir bien…y a seguir disfrutando!

    Reply
  3. Javier Rodríguez

    Hey…gracias por la receta!
    Ahora solo falta ponerla en práctica!

    A seguir bien…y a seguir disfrutando!

    Reply

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