20 – 21 agosto 2016

248 días viajando…
16 días en Brisbane…

El sábado por la mañana es el día de la partida de Mercedes y Phoebe. Mercedes se levanta muy temprano y enseguida lo tienen todo preparado. Se despiden de Archie y Tank, me despido de ellas prometiendo ocuparme de los chavales con mucho amor y, sobre las 7:40 de la mañana…

…comienzan su viaje.

Poco después publican esto en Facebook. :,-)

Y me quedo solo. La sensación es extraña, estar en una casa así, en medio de la montaña, relativamente lejos del mundo civilizado y con dos perros, eso sí, encantadores.

Pero lo primero es lo primero. Y lo primero es aprovisionarse de comida, así que cojo el coche yo solo por primera vez (ya estoy más que hecho a coches automáticos que se conducen por la izquierda) y la primera parada es el Mercado de Brookfield, en el Brookfield Showground.

Allí compro algunas verduras. Luego hago otra parada en el Pet Pavillon, una tienda de comida y artículos para mascotas, pero que también tienen frutas y verduras de buena calidad y a buen precio.

Después paso también por el Coles y el Woolworth de Kenmore, que son los centros comerciales más cercanos.

Al final me gasto unos $100 pero tengo provisiones para una buena temporada en fruta, verdura, legumbres, frutos secos, setas, arroz, quinoa, leche de almendras, cacao y huevos. Lo que vienen siendo mis básicos.

De vuelta en casa, dejo a los perros de siesta en la entrada, mientras organizo un poco mis cosas y me hago algo de comer.

Sigo mal de la garganta y con un poco de fiebre, así que he decidido dedicar el fin de semana a descansar y cuidarme. Estoy a base de limón con jengibre, ya sea en infusión o en gárgaras.

Por la tarde le doy un paseo a Archie, que lo agradece enormemente. Tank, como está viejito (15 añazos) prefiere quedarse en casa dormitando.

Se me hace raro sacar a pasear un perro. Es algo habitual para muchísima gente, pero en mi casa nunca tuvimos perro. Para mí es toda una novedad. Y me encanta.

El paseo me sirve para conocer los alrededores. Me sigue flipando la creatividad de la peña al montar sus buzones.

Como las casas suelen estar apartadas los buzones se ponen siempre en los accesos desde la carretera principal, para que se más fácil para el portero.

Ya de vuelta, decido probar a darle un bañito a Archie que lleva un par de días guarrete, porque le da por escaparse y revolcarse por ahí. Sorprendentemente se deja con una tranquilidad asombrosa.

Después lo que toca es una siesta, claro.

Y a las 18h cojo la botella de vino que he comprado y me voy para casa de Mark, el vecino que me invitó ayer a pasarme hoy a cenar. Cuando llego me encuentro una casa enorme y espectacular con un montón de gente. Los invitados son como 4 o 5 familias de los alrededores, con montones de niños, que me reciben con alegría y amabilidad.

El invitado de Cook Islands está terminando de cocinar la carne en un horno excavado en la tierra, como se hace allí.

Enseguida me ponen una cerveza (después de otra) en la mano, y charlo con la gente. Especialmente con la familia que viajará a Granada el mes que viene para pasar un año. Están emocionados con el viaje, y me preguntan algunas dudas.

También hay una mujer de cierta edad que se va en breve a hacer el Camino de Santiago desde Francia.

Aquí vemos al cocinero de Cook Islands terminando de preparar la carne.

Hay un montón de comida y bastantes opciones vegetarianas.

Lo más rico son las acelgas guisadas y una ensalada típica de Cook Islands que es una especie de ensaladilla rusa con remolacha.

Pero con el que más hablo, con diferencia, es con Nye, un irlandés que estuvo trabajando gran parte de su vida como músico profesional. Hay un momento de la noche en que unos cuantos nos colamos en el salón de música de la casa y nos ponemos a tocar todo lo que pillamos. Aquí Nye con la guitarra. Yo lo pruebo todo: el ukelele, el piano… y hasta la flauta dulce que se ve sobre la mesa… 

…y es que toco la flauta bastante bien desde que tengo 10 años. Me acuerdo que mi hermano Santiago y yo nos pasamos años haciendo dúos con la flauta dulce y aprendimos música juntos. Luego él siguió con la flauta travesera y a mí me dio por el canto.

Me lo paso genial en la cena, y lo más interesante es que tanto Nye como Mark y como Sharon (otra de las invitadas) me han dicho que me pueden ofrecer algo de trabajo. Así que mejor no me han podido ir las cosas el primer día.

Vuelvo andando a mi casa. Menos mal que me he traído una linterna, porque hay una oscuridad absoluta. Impresiona andar por estos lares en medio de la noche.

Va a ser mi primera noche en la habitación principal de la casa. Los perros están acostumbrados a dormir sobre la cama, pero como no estoy seguro de que mi alergia sea por ellos, he tenido la habitación cerrada todo el día.

Una vez que me acuesto, Archie quiere subir, pero no le dejo. Así que me pone caritas…

Obviamente en mitad de la noche… Archie gana.

Por la mañana quiero levantarme tarde, pero parece que alguien quiere desayunar.

El domingo me lo tomo con mucha más calma. Me pongo los juegos olímpicos en la tele y me pongo a escribir el blog.

Hacía siglos que no veía la tele. Y hay dos cosas que me llaman mucho la atención.

Una es un anuncio que no paran de poner y que me flipa cómo está hecho, en un aparente plano secuencia cargado de intensidad.

Lo otro son los anuncios de comida. Hacía mucho que nos los veía y juro que me escandaliza la forma en la que se anuncia como si fuera lo más sano del mundo auténtica comida basura. Se ha prohibido anunciar tabaco, pero aún se deja promocionar algo que puede ser igual o peor.

Sólo salgo un rato para pasear a Archie.

Archie es un perro de lo más listo y bien enseñado. Incluso es tan consciente de su correa, que cuando se despista y se va por el otro lado de un obstáculo, en seguida se da cuenta y rectifica.

Y ya por la noche me hago una sopa de verduras para mí…

…y algo de carne cruda con arroz para mis compis.

Mercedes me dijo que Tank era un perro muy obediente y bien entrenado, y que de hecho Archie aprendió bastante de él, pero que con la vejez estaba ya en plan pasota y que lo único que quiere es comer y dormir (vamos, como un abuelito).

Y, efectivamente, se puede ver cuando les doy de comer, que Archie es bastante más obediente que Tank.

Aún me duele la garganta y la cabeza, pero estos dos días de reposo me han venido bien. A ver qué tal me levanto mañana. Es un rollo no estar al 100% y ya tengo ganas de volver a mi yoga y mis carreras.

Y lo de estar solo… en un primer momento, el sábado por la mañana, me dio algo de vértigo y sensación de soledad. Pero la verdad es que ahora estoy encantando. La sensación de paz, tranquilidad, de no tener que estar pendiente de un host… es algo que ya tenía olvidado y que no experimentaba desde hace 8 meses, cuando vivía solo en Madrid.

Y por fin he vuelto a la lectura. He vuelto a empezar el libro que no me dio tiempo a terminar en Tasmania, True Love, de Thich Nhat Hanh, sobre la meditación como camino hacia el amor y la felicidad. Muy recomendable.

¿Qué más se puede pedir?

¿Un currillo y algo de dinero?

Bueno, sí, ayudaría… 😉

1 Comment

  1. pblog

    Pues ya sabes, pídele al universo
    ?

    Reply

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