Australia (Melbourne) – Hello & Good Bye, Melbourne!

by | 27 Feb 2017 | 0 comments

15 – 27 febrero 2017

438 días viajando…
154 días en Melbourne…

Miercoles 15 de febrero

Mi vuelo a Melbourne sale a las 10:25. Jan (mi Couchsurfing en Adelaide) me ha dicho que me lleva (sí, es maravillosa), pero que no saldremos antes de la 9h, que hay tráfico. A mí me parece un poco justo, pero me dejo llevar, claro.

Me prepara un café, me ofrece unos muffins que ella misma hace, y nos pasamos la mañana de charla hasta la hora de salir.

Me lleva, nos despedimos con un “hasta la próxima”, y cojo mi avión para Melbourne.

El avión sobrevuela Adelaide, y se puede ver lo bien definido que está su CBD (Central Business District), rodeado de parques.

Pero lo más impresionante es ver cómo son las típicas ciudades australianas, dónde sólo hay edificios en el CBD y el resto son casas, y casas, y casas…

Y es que a los australianos (buenos, los anglosajones en general) no les gusta vivir en apartamentos, pero es algo que está cambiando debido a la disparatada subida de precios de las casas. Ellos, sin embargo, siguen comprando al precio que sea, aunque sea como inversión, porque dicen que “el precio de las casas nunca baja”… ¿os suena?

Finalmente llego al auropuerto de Avalon, que es el aeropuerto de las compañías low-cost de Melbourne. Y como tal, está en medio de la nada y a tomar por culete de la ciudad.

Todo el mundo se sube en el Skybus, o a un taxi o le vienen a recoger. Yo, en cambio, con más fe que el alcoyano, y para asombro de todos, me voy andando hacia la salida del aeropuerto.

Me coloco en la única carretera de salida y me pongo a hitchhikear.

Y, efectivamente, los coches paran, pero absolutamente todos van hacia Geelong, que está en dirección contraria a Melbourne. Y tiene lógica que todos los que viven allí usen el aeropuerto de Avalon que está mucho más cerca.

Cuando llevo 5 o 6 intentos frustrados y empiezo a verlo negro, se para otro coche.

– ¿Dónde vas?
– A Melbourne
– ¿¿Desde aquí??
– Bueno sí… digo yo que alguien irá para allá.
– Anda, alma de cántaro, sube que te llevo a la estación y te coges un tren.

La traducción es algo libre, pero fue más o menos así.

Visto lo visto, acepto la oferta y me lleva hasta Lara, un pueblecito minúsculo que hay al lado y me deja en la estación.

Y ahí está mi querida Melbourne, de nuevo.

Voy directamente a casa de Lisa (y Cocoa), mi nueva host de HelpX, en Northcote. Nada más llegar me doy cuenta de lo tranquilo que va a ser mi nuevo barrio.

Lisa me dijo que no estarían hasta la noche, pero me recibe Virginie, la helper francesa a la que voy a sustituir, que me enseña mi habitación, donde me encuentro a una pequeña okupa.

Es Sophie, la pequeña gatita que acaban de adoptar. 

La habitación es una pequeña maravilla, la verdad. Cada vez escojo mejor.

Finalmente llegan Lisa y Cocoa y las conozco. Van a salir por la noche, así que aprovecho y acepto la invitación de mi amiga Conchita para ver un concierto al aire libre de la Orquesta Sinfónica de Melbourne, dentro del ciclo Sydney Myers Free Concerts.

Conchita ha traído cervezas y frutos secos… ¿Se puede pedir más?

Jueves 16 de febrero

Hoy toca empezar a currar. Mi misión es (cómo no) pintar la habitación de Cocoa y retirar la moqueta. La habitación es color crema y Lisa la quiere en blanco y dejar el suelo de madera.

Por la tarde, aprovechando que hay una bici para helpers y que aún tengo mi mochila de UberEATS, vuelvo a las andadas de repartir comida. Hay que aprovechar para juntar algo de dinero.

Por la noche recibo un mesaje de mi amiga Sara diciéndome que está con unos amigos cenando en el Lentil As Anything de Abbosford y que si me uno. No me lo tiene que decir dos veces.

Conocí a Sara siendo mi couchsurfer en mi apartamento de Madrid antes de mi viaje. Fue la primera que me habló de Melbourne y del Lentil As Anything. Luego nos volvimos a encontrar en Melbourne hace un año.

Cuando llego, me encuentro con Mason, Sara, Louise (su madre), su hermana y Anna, una amiga.

y Crumb, el conejo de Anna.

Y la verdad es que pasamos un rato genial. Estos momentos me recuerdan por qué me gusta tanto Melbourne.

Viernes 17 de febrero

Además de pintar, empiezo a retirar la moqueta (al menos a desengancharla) y es muy curioso el sistema que se utiliza aquí para fijarla.

Se clavan en todo el perímetro de la habitación maderas con clavos hacia arriba y ahí se fija. Tal cual. Igual es lo normal (aquí lo es), pero yo no lo había visto nunca.

Y hoy se produce una de esas sorprendentes coincidencias del universo. Lisa estuvo a punto de cancelarme (o retrasarme) mi estancia en la casa, porque este finde iba a ser un poco loco. Tenían la visita de una ex-helper francesa (Esther), la visita de las dos hijastras de Cameron (el australiano que comparte la casa con Lisa) y ella tiene un cumpleaños fuera de Melbourne durante el finde. Por eso no sabía muy bien cómo encajarme a mí en todo ese lío, pero al final lo apañaron y pude venir.

Por otro lado mi amiga Mims, que también hace HelpX por recomendación mía, me manda un mensaje diciéndome que su host, Megan, me invita a su cumple como acompañante de Mims y a echar una mano (aquí somos helpers forever), cumpleaños del que ya llevaba tiempo hablándome.

Y de repente ato cabos y le pregunto a Lisa… 

– Oyes, el cumple al que vas… no será el de Megan?

Lisa abre los ojos como platos y dice… 

– What?? How do you know??
– Porque me acaban de invitar. :-p

Y es que resulta que Lisa y Megan son muy buenas amigas. Así que al final yo también voy al cumple, que promete ser muy divertido.

La noche la paso viendo con Cameron y las niñas la última peli de Disney: Moana, que en España (y gran parte de Europa) se llamará Vaiana porque “Moana” parece ser que es una marca registrada por aquí. 

La película me encanta y para alguien que ha estado en alguna isla del pacífico te llega especialmente. Aunque ha recibido muchas críticas por ello, a mí me ha resultado muy cercana por cómo retrata la cultura y el físico maorí.

Sábado 18 de febrero

Tras el desayuno que prepara Lisa…

…me llevo la sorpresa de que me pide que siga pintando antes de ir al cumpleaños. Al parecer este helpx es de un único día libre y no dos como estoy acostumbrado. Es lo malo de no hablar las cosas.

Así que sigo con la habitación que avanza rápidamente.

Para almorzar me como lo que quedó de la sopa pho que hizo anoche.

Y por la tarde Lisa y yo recogemos a Mims en su casa para ir al cumpleaños. Es una fiesta de disfraces, así que Mims me presta algo para ponerme.

La fiesta es en una especie de finca rural que tienen los padres de Tao, el marido de Megan, por Balnarring, en la península al sur de Melbourne. Parte de los invitados se alojan en habitaciones y parte acampan en el jardín. Mims y yo compartimos la tienda que nos ha prestado Lisa.

El lugar es espectacular…

Hasta tienen una casa-árbol que les construyeron unos helpers alemanes que estuvieron un mes aquí.

Y han traído un spa portátil, por el que acabamos pasando todos, aunque por pequeños grupos, claro.

Nos hacemos la foto oficial que es un poco “Busca a Wally”.

No sé por qué (miento), la fiesta me trae muchos recuerdos de la película The Ice Storm.

Domingo 19 de febrero

Por la mañana hay un ambiente de resaca generalizado. Mims y yo ayudamos a recogerlo todo y a mí me ponen al frente de la BBQ del desayuno. Pobres inconscientes que no saben que soy vegetariano y con nula experiencia en BBQ, pero al final lo apaño.

A mediodía nos volvemos y dedico la tarde a repartir comida con UberEATS. Como es domingo y está bastante lluvioso, es una tarde de lo más productiva con 11 entregas.

Lunes 20 de febrero

La mañana es para pintar…

…y por la tarde voy al médico. Hace unas semanas, por un frenazo brusco del tren, me fui a caer y lo único que encontré para apoyarme fue la capota de un cochecito de bebé. Fue tanto el susto ante la posibilidad de que la capota cediera, que debí apoyarme de una manera bastante rara. Como resultado, tengo desde entonces un dolor muy intenso en el hombro con determinados movimientos del brazo.

Como mi nueva aseguradora, True Traveller, es algo menos molona que la anterior, esta vez me toca a mí buscarme el centro médico, pagar las facturas y reclamarlas luego al seguro. Escojo, por recomendación, elWilliam Angliss Medical Center

, donde me atiende la doctora Janjic, que me confirma que tiene pinta de problema en el tendón y me manda a hacerme RX y Ultrasonido. Total por la visita: $105.

El resto de la tarde es para repartir con UberEATS y por la noche Sophie ha descubierto que mi cama es el mejor sitio para encontrar diversión.

Martes 21 de febrero

Por la mañana voy a hacerme el Rx y ultrasonido al Lake Imaging de North Melbourne. Total de la factura: $158.

Y por la tarde toca seguir pintando. Una vez terminadas las paredes y el techo, toca pintar todos los marcos, que va con pintura al aceite, que tiene un olor que marea y mancha muchísimo más. Es terrible.

Lenny, mi compañera del restaurante español, me ofrece su turno de la noche y se lo acepto encantado, claro. Así que la noche la dedico de nuevo a servir mesas y ganarme un dinerillo.

Miércoles 22 de febrero

Sigo pintando. Por la mañana me llaman del consulado de Indonesia…¡Mi visa ha sido aprobada! Por fin. Me piden que vaya mañana a llevar mi pasaporte.

Se me va la mano pintando los marcos de las ventanas. Cuando los estoy pintando por fuera caigo en la cuenta de que, aunque son del antiguo color de la habitación, son también del color de la casa. Pregunto a Lisa y, efectivamente, ha sido patinazo. 

Por suerte en sus planes entra pintar el exterior de la casa, así que no lo considera grave.

Por la tarde quedo con Mims, Gemma y Mike para tomarnos algo en el Pinnacle.

Jueves 23 de febrero

A primera hora voy al consulado de Indonesia a entregar el pasaporte. Me dicen que vaya el día siguiente de 14 a 15:30 a recogerlo ya sellado.

Vuelvo para la casa y termino con los últimos retoques de pintura y retiro la moqueta. No ha quedado nada mal.

Por la tarde vuelvo al Centro Médico a por mis resultados. Esta vez me atiende el Dr. Popordanoski, encantador y amabilísimo, que me explica con todo detalle (en Australia me estoy reconciliando con los médicos) que tengo un desgarro en el tendón supraespinoso. Me dice que dentro de las opciones que tengo están:

1) Ir a un especialista y, probablemente, que me diga de operarme. Algo que, probablemente, no cubrirá mi seguro.

2) Volverme a España y que me vea un especialista allí.

3) Tratar la inflamación y dejar que cure por sí solo.

También me desaconseja seguir con los saludos al sol, al menos en la parte en la que apoyo el peso de mi cuerpo sobre los brazos.

Obviamente optaré por la opción 3. Al menos por ahora.

Por la tarde me vuelvo a la casa donde Cameron prepara una BBQ para sus hijastras, Cocoa y un amigo suyo y paso un rato genial con ellos, comiendo salchichas y hamburguesas vegetarianas (a medias con Cocoa que también es vegetariana).

Como ya hemos terminado de pintar la habitación de Cocoa y como ya casi tengo mi visa, Lisa me pregunta hasta cuándo voy a quedarme. Así que toca hacer planes urgentes para dar el nuevo salto. Para que pueda planificarse y para forzarme a tomar decisiones, le digo que me iré el lunes o martes que viene. Pero la verdad es que no tengo nada pensado.

Viernes 24 de febrero

Por la mañana ayudo a Lisa a limpiar su apartamento de Fitzroy. Resulta que tiene un apartamento (ella lo llama así, pero para mi es un pedazo de dúplex de 3 habitaciones) en la mejor zona de Fitzroy, donde vivía antes de tener esta casa, y ahora lo alquila por AirBnB. Ha tenido unos inquilinos por 5 semanas y ahora toca limpiarlo para los nuevos inquilinos.

Se nos va la mañana en la limpieza. Después Lisa se tiene que ir a una entrevista, pero antes me invita a un café con croissant en la croissanteria más cool de Fitzroy: Lune.

Te tomas algo mientras puedes ver en la cabina central cómo preparan la bollería.

A las 14h me voy de nuevo para el consulado indonesio a recoger mi pasaporte. Ya tengo por fin mi visa.

Por la tarde voy a hacer mi último turno en el restaurante español. Es uno de los días más busy que han tenido, pero lo superamos con nota.

Sábado 25 de febrero

El sábado por la mañana Lisa se ofrece a hacer yoga conmigo y enseñarme una nueva serie de comienzo sin apoyar mi peso en los brazos. Son una serie de ejercicios de respiración y estiramiento que luego enlazo con el principio de la serie de Ashtanga. Me viene genial y se lo agradezco infinitamente.

Luego la ayudo a terminar de ordenar el cuarto de Cocoa y a limpiar un poco la casa. Y por la tarde tenemos una quedada de españoles en el Robert Burns, el restaurante español donde trabaja Mims. Vienen un montón de español@s que no conocía y pasamos un rato genial. Hago especialmente buenas migas con tres españoles y con sus respectivas parejas (española, australiana y filipina). Terminamos la noche en el Mr. Burger de Fitzroy cenando lo que pillamos (yo la Mr. Vegi).

Domingo 26 de febrero

El domingo quedo con mis amigos José y Conchita (y se nos acompla el futuro comprador de la moto de José) para ir al Bright N Sandy Food And Wine Festival

Primero paso a buscar a Conchita a su apartamento de Southbank, que tiene unas vistas que te mueres…

…y después nos pillamos el tren para irnos a Brighton Beach.

Nos encontramos el típico festival de música, comida y bebida que tanto abunda por aquí.

Y acabamos el día bañándonos en Brighton Beach.

Es domingo y le dije a Lisa que me iría lunes o martes, pero aún no tengo pensado el cómo. Me planteo la posibilidad de irme a Adelaide en autostop, y ahí ya planear cómo ir al norte. Para ello veo que lo más sencillo sería empezar en Ballarat, un pueblo de las afueras de Melbourne, en la dirección a Adelaide. Como debería empezar muy temprano, lanzo varias solicitudes de Couchsurfing en Ballarat para la noche del lunes al martes, pero no lo veo fácil.

Lo que sí tengo solucionado es el alojamiento en Adelaide. Mason, el amigo de Sara, que vive allí, dice que podría acogerme un par de noches. Ése sería el tiempo que tendría para organizar mi viaje al norte.

Lunes 27 de febrero

Como no he tenido respuesta, le digo a Lisa que al final me voy mañana martes y empiezo a mirar otras opciones, pero el avión o el autobús son terriblemente caros. Y aquí no hay blablacar. Lo más parecido es coseats.com, pero tiene muy poca oferta y muy cara.

Y en éstas estoy cuando recibo una respuesta de Couchsurfig. Giarn, una chica de Ballarat, me dice que está de viaje por sudamérica, pero que ha hablado con sus padres y están encantados de acogerme. Los planes salen cuando menos te lo esperas, y el mundo está lleno de gente maravillosa. Hablo con Simon, su padre y concretamos que llegaré a Ballarat sobre las 17:30 y él me vendrá a recoger a la estación.

Así que empaqueto mis cosas, me despido de Cameron y Lisa me lleva hasta Fitzroy, donde tiene una entrevista de trabajo. Me despido de ella agradeciéndole su hospitalidad todos estos días y ella me agradece mi ayuda con la habitación de Cocoa.

Aprovecho que estoy por ahí para quedar un momento con Mims en Munsterhaus, tomarnos un café y un muffin y despedirnos… a saber cuándo nos volveremos a ver.

Y me cojo el tren desde Rushall a Southern Cross y desde ahí a Ballarat. La verdad es que se me hace un nudo en el estómago al alejarme de Melbourne de nuevo.

A la hora prevista llego a Ballarat donde Simon me está esperando. Irradia alegría y buen rollo. Es una persona muy interesante, que ha trabajado en todo tipo de cosas. Tuvo un club de judo hasta hace poco (él ha competido también mucho), pero ha hecho de todo. Ahora se dedica a hacer teatro de pantomima.

Me lleva a su casa, en una zona tranquilísima de Ballarat, donde conozco a su mujer, Kris, que justo se está yendo. Va a pasar la noche en una caravana que tienen en la playa. Aprovechan sus pocos días libres para poder hacer escapadas allá. A veces juntos, a veces por separado.

Toda la familia es artista. Él actúa y toca varios instrumentos, especialmente el banjo. Kris hace el vestuario de varias producciones en Ballarat. Y la hija pequeña está en una producción del colegio y le apasiona el mundillo y quiere dedicarse a ello.

Simon prepara una barbacoa para cenar. No sabía que yo era vegetariano (ups!), pero al final lo apañamos. Él se come las costillas de cordero, yo el calabacín y las hamburguesas de patata, y compartimos el maíz.

Después de cenar paseamos a sus dos perros, Woody y Judy, mientras charlamos y me enseña los alrededores. Ballarat, aún siendo muy pequeño, concentra muchísima actividad artística y especialmente teatral. Tiene varias escuelas y compañías de teatro profesional.

Por la noches me enseña sus dos banjos, que son un auténtica reliquia, uno de ellos con más de 100 años, y me hace una pequeña demostración.

Mañana temprano empezaré mi autostop a Adelaide. Simon va al gym a las 6:15 de la mañana y puede dejarme en la calle principal.  Es pura amabilidad.

Y éste es mi adiós “definitivo” a Melbourne. Aunque sé que volveré. 

Y es que me sigue costando muchísimo marcharme de allí. Sigue siendo uno de mis sitios preferidos para vivir y ha sido todo tan fácil, que salir y volver a lanzarse a la aventura es salir de mi zona de confort…

…pero de eso se trata, ¿no? 

…Sólo así se aprende.

…Sólo así se puede llegar a la zona donde la magia ocurre.

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