Malasia (Pekan) – El Refugio de Animales

by | 21 Apr 2018 | 0 comments

6 – 21 abril 2018

856 días viajando…
15 días en Pekan…

Tras 3 noches en Kuala Lumpur, el día 6 de abril de 2018 por la mañana, Julie y yo emprendemos el viaje al que será nuestro próximo destino: Pekan.

El Viaje…

Para ir a Pekan desde Kuala Lumpur, hay un autobús de la compañía Utama Express que sale desde la Terminal Bersepadu Selatan (TBS) y nos deja al ladito del refugio de animales.

Así que nos levantamos muy temprano, recogemos nuestras cosas, cogemos un taxi hasta TBS y ahí, a las 10h, cogemos el bus para Pekan.

He reservado asientos en primera fila. Hay muchísimo espacio. La verdad es que vamos de lujo.

El viaje cruza todo el país de oeste a este, y lo que más me llama la atención es la terrible realidad de que toda la selva de Malasia ha sido sustituida por inmensas plantaciones inacabables de árboles de palma para la obtención del aceite.

Llegamos a Pekan sobre las 17h. Hace un calor húmedo tropical terrible. En 5 minutos andando (menos mal) llegamos al refugio

El Refugio…

Meow Island Cat Shelter Park es un refugio de animales (principalmente gatos) que fundó Luke hace bastantes años.

Poco tiempo atrás, Luke desarrolló una enfermedad de la piel que le hizo casi imposible llevar el lugar él solo, por lo que empezó a coger voluntarios a través de WorkAway. Una de sus hermanas le cedió su guesthouse para poder alojar a los que vinieran a ayudar. Hay que decir que toda la familia de Luke es maravillosa y se han volcado tanto con él como con nosotros.

Cuando llegamos, nos reciben Jenny e Iwona, una pareja UK/Polonia que llevan ya varias semanas de voluntarias aquí. Son ellas las que nos enseñan el lugar. Las habitaciones que nos dan son bastante básicas pero amplias… y con baño privado, todo un lujo en Asia!

Hay una zona común donde está la cocina, que es donde pasaremos gran parte del tiempo. Y luego nos acompañan al refugio propiamente dicho, que está cruzando la calle. Se trata de un espacio bastante amplio que han separado en secciones según los animales.

Los Perros…

Empezamos por la parte de los perros. Hay 7, 4 hembras y 3 machos, en espacios separados, porque se pelean entre ellos.

Lamentablemente pasan gran parte del día encerrados por su propia protección. Malasia es un país musulmán y, como tal, odian a los perros por lo que pueden llegar a matarlos si se los encuentran.

Los Gatos…

Y en la parte de los gatos hay… muchos!!

Es curioso observar cómo los gatos se organizan por ellos mismo el territorio y ves siempre a los mismos gatos en los mismos espacios. Éste, por ejemplo, siempre está aquí subido.

Excepto a la hora de comer, que se van todos a la puerta a esperar la comida.

Los Gansos…

También conocemos a César y Pompeya, la pareja de gansos. Pompeya no es nada sociable, pero a César le encantan los hombres y ataca a las mujeres. A Julie no puede ni verla, pero a mí me adora. A su manera.

César perdió un ojo hace poco, al parecer por una agresión, pero se ha recuperado estupendamente.

Los patos…

Sí, también hay unos cuantos patos…

Las Cabras…

Y hasta hay una pareja de cabras bastante inmanejables pero muy graciosas.

(Foto de Julie)
(Vídeo de Julie)

Kittens…

Como no hay dinero para esterilizar a todos los gatos, sólo se esterilizan a los machos. El problema es un tal Jordi (lo bautizó una pareja de catalanes que pasaron por aquí), un gato macho, ajeno al refugio, que consigue colarse siempre en el recinto y va preñando a las  todas las hembras. Y no hay forma de cazarlo.

Es por eso que hay muchos cachorros y varias gatas preñadas.

Incluso tenemos una pequeña camada de tres gatitos en la zona de los dormitorios. Están ahí porque su madre, Angry Mum, es terriblemente agresiva con el resto de gatos, pero adorable con las personas.

A los gatitos pequeños les damos de comer aparte para que no tengan que competir y para darles comida algo más apta para ellos.

Y por si fueran pocos gatitos, una mañana llegaron unas mujeres con una caja de cartón en la que habían varias crías de gato sin destetar. Al parecer la madre había muerto y nos los traían para que nos hiciéramos cargo.

No sabiendo muy bien qué hacer, probamos a ponérselos a una de las madres gata y, sorprendentemente, los acepta.

Aunque la competencia entre las nuevas crías y los hijos legítimos hace complicado que salgan adelante.

De hecho, un día, la mamá gata opta por llevar a las nuevas crías a un nuevo nido entre la vegetación, un poco a la intemperie. Así que, para protegerlos de la lluvia y el frío, les montamos un pequeño espacio.

Pero cuando vemos que la mamá gata los va descuidando y que les está costando salir adelante, optamos como último recurso darles leche preparada en biberón.

Mia…

Entre todos los gatos hay uno muy especial, el único que vive con nosotros. Se trata de Mia. Cuando la trajeron estaba en muy malas condiciones. Al parecer la habían atropellado o algo similar y no parecía que fuera a sobrevivir, pero, poco a poco, fue saliendo adelante. Lo único que no tuvo arreglo es que tiene paralizadas las patas traseras, especialmente una de ellas. Es por eso que necesita atención continua. Aún así se maneja increíblemente bien.

Y no tiene problemas en jugar con los demás gatitos cuando nos la llevamos al refugio con nosotros. De hecho es la más juguetona de todos.

El único problema es que la parálisis le hace que no pueda controlar los esfínteres, por lo que se lo hace todo encima y hay que estar lavándola con frecuencia… algo que no le gusta nada.

Drunky…

Otro de nuestros gatos preferidos es Drunky, un gato con algún tipo de daño cerebral que hace que no pueda controlar bien los movimientos y hay que ayudarle hasta a comer. Pero es un amor de gato.

Muy tristemente Drunky murió poco después de irme del refugio. 🙁

El trabajo…

El trabajo es básicamente limpiar la zona de los perros y los gatos por las mañanas y darles de comer por las tardes. Aunque el espacio es grande, es bastante ligero, especialmente cuando somos tantos voluntarios como hay ahora.

También hay otras tareas que vamos asumiendo. Yo me he empeñado en cavar un hoyo grande para hacer una piscina para los patos. Pero a los pocos días me encuentro enterrado un poste de metal clavado en una base de hormigón que me lleva varios días conseguir desenterrar del todo.

Luke montó también una tienda de cosas (especialmente ropa) de segunda mano, todo a 1 MYR (0,20 €). El problema es que es difícil sacar el tiempo y la dedicación para poder volver a ponerla en marcha.

Uno de los mejores momentos, es cuando terminamos la jornada y pasamos un tiempo en la zona de los gatos charlando y dándoles mimos.

(Foto de Julie)

Luke…

Luke es de las mejores personas que he conocido. Su amor por los animales le llevó a fundar este espacio con la ayuda de su familia en un país donde esto no es algo muy habitual. Y se estuvo ocupando él solo de todo durante años, hasta que una enfermedad de la piel le obligó a bajar el ritmo y aceptar que necesitaba ayuda para seguir con el proyecto.

También hemos tenido la fortuna de conocer a gran parte de su familia, todos maravillosas personas. Es interesante ver la diversidad en el vestir dentro de la misma familia.

Meow Island…

Antes de su enfermedad, Luke compró una pequeña isla en el Río Pahang a su paso por Pekan y la bautizó Meow Island, con la intención de que fuera ése el lugar del futuro refugio de animales, mucho más amplio y donde los animales dispondrían de más espacio y libertad. Lamentablemente la enfermedad y la falta de recursos paralizó el proyecto. Aún así nos llevó a visitar la isla para que la conociéramos. Para llegar, hay que ir en coche hasta la orilla del río y, ahí, coger un bote hasta la isla.

Rápidamente llegamos al embarcadero, que, al carecer de mantenimiento, está cada vez en peores condiciones.

La isla tiene un encanto muy especial y es fácil hacerse una idea de lo bonito que podría ser el proyecto, cuando la imaginas toda llena de gatos y otros animales.

Luke nos ofrece a que vayamos con el bote a dar una vuelta a la isla y así poder tomar algunas fotos y videos.

Comiendo…

La otra actividad principal en el refugio es…comer, claro. Para ello tenemos que cocinar. Y para ello tenemos que comprar comida.

Al ser esto un WorkAway, se supone que la comida está incluida, pero los voluntarios, al ver la precaria situación económica de Luke, decidimos comprar la comida de nuestro bolsillo, aunque Luke y su familia constantemente nos traen comida para que nuestro gatso sea el mínimo posible.

Así que, una vez a la semana, vamos todos juntos al mercado a comprar. Al ser yo el más mayor y en posesión de Carnet Internacional de Conducir, Luke me nombra chófer oficial.

E ir al mercado es siempre toda una experiencia, con sus colores y olores.

Me llaman mucho la atención las máquinas para llenar las garrafas de agua potable.

También soy yo el que cocina la mayoría de las veces. A mí me encanta y parece que les gusta lo que cocino, como mi famoso curry de verduras…

…o mis nuevas hamburguesas de lentejas rojas.

Aunque no siempre cocino yo. Aquí tenemos unos espaguetis hechos por otro voluntario.

Pero al final de lo que se trata es de comer todos juntos, uno de los mejores momentos del día, donde nos juntamos tanto los voluntarios como Luke y su familia.

Y después de cenar… jugamos al Uno!

Y el que mejor se lo pasa es Jimmy, un chico local que nos echa siempre una mano con temas de mantenimiento.

Rotis…

Jimmy es también un gran cocinero y se ofreció a enseñarnos a hacer Rotis, un tipo de torta muy típica de aquí que lleva una preparación muy divertida.

Hay una primera fase en la que se debe preparar la masa y se deja reposar en pequeñas bolas.

Y más tarde, ya por la noche, se realiza la parte más “acrobática” en la que hay que conseguir una capa de masa muy fina y luego doblarla adecuadamente.

Y todos pasamos por la prueba de fuego.

Al final no quedan mal del todo… y están riquísimas.

Steven…

Cuando Julie y yo llegamos al refugio, los otros voluntarios nos hablaron de un tal Steven, un ex-voluntario que estuvo unas pocas semanas antes que nosotros y que tuvo un comportamiento… digamos… peculiar.

Apenas hacía nada en el refugio, no le gustaban los animales, no se relacionaba con nadie, no quería colaborar en la compra de comida pero luego cogía a escondidas la comida que habían comprado los demás voluntarios, se pasaba las horas sentado fuera del restaurante del pueblo con su portátil para usar su wifi sin consumir nada y, finalmente, una noche cogió sus cosas y se marchó sin decir nada y dejando la habitación terriblemente sucia.

Hasta ahí hubiera sido simplemente una persona un poco inadaptada y que no estaba a gusto en el voluntariado. Se puede entender. Pero lo peor vino cuando poco después de nuestra llegada empezó a entrar en el Perfil de Luke en WorkAway (todos los voluntarios tenemos la clave de acceso para ayudar a Luke en las tareas de gestión de voluntarios) y a modificar el perfil diciendo que ya no necesitábamos más voluntarios.

Cuando le denunciamos a WorkAway y le suspendieron la cuenta, se dedicó a crear varios perfiles falsos de Facebook para poner malas opiniones en la Página de Facebook del Meow Island, quejándose en todas ellas de “No Food Included”.

Al final consigo deducir que Steven está molesto porque se supone que los WorkAway’s incluyen alojamiento y comida, pero en nuestro caso, como ya comenté, los voluntarios decidimos poner la comida de nuestro bolsillo para colaborar con el lugar. Esto, al parecer, le pareció tan terrible a Steven que mostró durante semanas una obsesión inimaginable con el tema de la comida, poniendo comentarios en todos los posts que publicábamos, llegando a ser realmente incómodo, grosero y molesto.

Finalmente decidí contactar con él para que se avergonzara un poco de su comportamiento. Pero, cuando estoy buscando su contacto, me llevo una enorme sorpresa al encuentrarme su blog de viajero, VoyageurQc y el post Quand un volontariat de voyage tourne mal… donde explica detalladamente su paso por el refugio y donde no sólo no se avergüenza de su comportamiento, sino que presume de haber robado comida, de no haber ayudado en nada y de haberse marchado a escondidas esforzándose en dejar su habitación hecha un asco, entre otras cosas.

Sigo queriendo pensar que la gran mayoría de la gente tiene buenas intenciones en el fondo de su corazón… pero a veces te encuentras gente con el corazón tan negro que pareciera que se esfuerzan en hacerme cambiar de opinión.

El Crowdfunding…

Dentro de mis tareas, decido echar una mano a Luke con las redes sociales, mejorando su Página de Facebook, creando un Perfil de Instagram, y ayudándole a crear una Campaña de Crowdfunding para conseguir dinero para volver a poner en marcha el proyecto de la Isla de los Gatos.

Para la campaña, Alycia se curró un vídeo explicativo del proyecto que yo creo que quedó chulísimo y deja muy claro lo que es el Cat Shelter y el proyecto de Meow Island.

La despedida…

Pero, como siempre en este viaje, todo es temporal y todo llega a su fin. Así que el 21 de abril de 2018, tras algo más de dos semanas en el refugio, recojo mis cosas y me despido de todos mis compañeros, de la familia de Luke…

…y, sobre todo, de Luke.

Y, con mucha pena, cogemos el bus para Kuala Lumpur Julie (que me acompaña a KL), Alycia (que también deja hoy el refugio con destino Bangkok) y yo.

Planes…

La idea es pasar un par de noches visitando Kuala Lumpur y, el 23 de abril, Julie volverá a Pekan con la idea de pasar un año viajando por Asia y yo volaré a Madrid para pasar 4 meses en “casita” y luego tirar hacia el “otro lado del mundo”… América.

Mi idea para Madrid es un poco de relax, un poco de trabajar y ahorrar dinero, un poco de gestiones y cerrar cosas y un poco de comprarme una moto y viajar por España con ella.

…pero eso ya es otra historia.

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